20120426_190342_muniain.jpg El margen de progresión del navarro, integrante del Once de Oro de Futbol Draft en 2011 y del Once de Plata en 2010, parece infinito. Titular indiscutible y figura del Athletic, este verano podría ser campeón olímpico.

Iker Muniain lleva recogiendo elogios desde que debutó en Primera División, en el verano de 2009. Poco antes había sido decisivo en una eliminatoria previa de la Europa League contra el Young Boys suizo. En ese contexto se convirtió en el jugador más joven en marcar en partido oficial con la elástica del Athletic de Bilbao, club al que llegó desde Pamplona cuando aún no había entrado en la adolescencia. Las alabanzas son merecidas, habida cuenta de su condición de estrella en San Mamés y del rol vital desempeñado en las categorías inferiores de la selección española.

Su progresión constante ha provocado la superación de diferentes récords de precocidad. Al ya mencionado de goleador más joven en la historia del Athletic y al de futbolista de menos edad que se ha estrenado con el conjunto vizcaíno (16 años, siete meses y 11 días) se unen otros registros. Por ejemplo, el que le sitúa como el jugador más joven que ha marcado en un encuentro de Primera División (en Zorrilla, con 16 años y 289 días) o el que le convierte en el hombre de la Liga que ha alcanzado antes los 100 partidos como profesional (apenas ha cumplido los 19 años). Este último logro lo ha conseguido superando a referentes como Raúl o Fernando Torres.

Las muestras de talento con las que obsequia al buen gusto desde su debut en la elite han propiciado que su nombre figure entre los candidatos a premios prestigiosos dirigidos a los genios prematuros, como el Golden Boy (nominado en 2010 y 2011) o los onces de Futbol Draft. De ellos formó parte el curso pasado (Once de Oro) y en 2010 (Once de Plata). Su importancia en el Athletic actual parece garantizar de nuevo esta posición de privilegio, aunque todavía faltan unos meses para la Gala Final en el Santiago Bernabéu.

En la remozada formación de Bielsa, la capacidad de desborde, velocidad, imaginación y conexión con los delanteros que esgrime Muniain en el campo le colocan como titular indiscutible en una temporada que la afición de San Mamés sigue con gran ilusión. El conjunto bilbaíno es valiente, luchador y descarado, como si el técnico argentino hubiese extrapolado las cualidades individuales de Iker al resto del plantel.

Vicente del Bosque tampoco debe perderse la escalada de Muniain hacia la cima del fútbol patrio. Su nombre ha empezado a sonar en hipotéticas convocatorias con la selección absoluta. Quizás sea pronto todavía, pero los Juegos Olímpicos de Londres pueden aliviar la espera. Allí buscará reeditar el oro de Barcelona. Es un objetivo difícil, pero el navarro sabe competir internacionalmente al máximo nivel. Así lo atestigua su participación en el primer puesto del pasado Europeo Sub 21, sin olvidar la plata continental Sub 19 obtenida en 2010 con su concurso o el bronce mundial Sub 17 en 2009. Londres solo es la siguiente estación.